
Silencios…
Muchas veces tu silencio me ha transmitido mucho más que las palabras y me ha llevado a un estado de melancolía...
El bendito silencio que a veces podemos anhelar, y en otras ocasiones nos hace fantasear y hasta dudar. En este instante, acompañada de silencios que llevan implícitos mensajes a los que les doy mi propio significado, y me hacen deambular por laberintos de recados y señales, silencios que comunican sentimientos, que pueden expresar ambigüedad o simplemente llevan insertos significados que trato de descifrar.
Reconozco que muchas veces mi imaginación me juega malas pasadas y la omisión de palabras me ha dado señales equívocas, o el tratar de descifrar el silencio me ha confundido más de lo que debiera, pero, ¿Quién no se ha equivocado, aún escuchando y distorsionando o enredando un mensaje? Esto creo, porque no siempre decimos de manera clara y directa lo que sentimos. Son muchas las veces en que no somos capaces de expresarnos de manera adecuada o no estamos en sintonía con nuestro receptor.
El silencio en definitiva, puede llenar mi mente de fantasías respecto a lo que pudiera estar ocurriendo, me lleva a miles de razones de su origen, que deduzco por la ausencia de palabras, y a otras muchas conclusiones que pueden ser incluso erradas.
El experimentar eternos silencios cuando espero palabras y reacciones, me hace sumergir en un mundo de emociones y suposiciones.
El silencio se siente, se percibe... En ocasiones, si lo experimentas puede ser mágico, sin embargo, en otras puede ser cruel.
Repaso tus palabras una y otra vez, para no desesperar, pero el silencio me envuelve y me hace entrar en conflicto al darme cuenta que te necesito más que nunca...y mi oferta sigue en pie...sólo espero.
A ésta hora no quiero pensar...sólo me resta esperar a que rompas el silencio, éste que me hace divagar...
Tal vez, un día sea yo la del silencio, para no molestar. Plena de sentimientos, pero sin querer hablar, llena de mil palabras sin pronunciar...